5 mitos sobre el prolapso

Se le dice ‘prolapso’ a la situación donde uno o más órganos (como el útero, la vejiga o el recto) ‘caen’ hacia la vagina o incluso llegan a sobresalir de la vulva. Esto sucede porque los músculos se estiran y pierden su capacidad de sostén. Existen distintos grados de prolapso, que pueden afectar tu actividad diaria y tu vida a distinto nivel. Es más común de lo que pensamos y, aunque no siempre causa dolor, puede generar incomodidad. 

Hay algunas cosas que suelen decirse sobre el prolapso, pero no todas son ciertas. Derribá estos 5 mitos sobre el prolapso con nosotras.

Mito 1: El prolapso solo afecta a mujeres mayores.

Aunque la edad aumenta el riesgo de prolapso, muchas mujeres jóvenes, especialmente tras el parto o algún esfuerzo físico, también pueden tenerlo.

Mito 2: Algunos tipos de prolapso no tienen tratamiento.

Hay muchas opciones de tratamiento dependiendo del tipo y grado de prolapso. No existe más el paradigma de ‘dejar madurar el prolapso’ para hacer un tratamiento. También hay posibilidades de tratamiento no quirúrgico, como el láser, en grados leves. 

Mito 3: El prolapso es inevitable. 

El prolapso sí se puede evitar y prevenir. Para eso, es importante mantener y cuidar el piso pélvico durante toda la vida. Es importante remarcar que las mujeres no tienen por qué vivir con prolapso. Hay tratamientos para prevenir y solucionar esta afección del piso pélvico.

Mito 4: Hay que dejar de hacer actividad física.

Siempre se puede hacer ejercicio. Pero, si tenés prolapso o alguna afección de piso pélvico, hay que tomar medidas específicas para prevenir que empeoren los síntomas.

Mito 5: Si no duele, no hay problema.

El prolapso no siempre es doloroso, pero eso no significa que no haya riesgos. Como mencionamos previamente, hay diferentes tipos y grados de prolapso y no todos tienen las mismas características. Si tenés dudas, siempre es recomendable consultar con un profesional.

¿Todavía te quedan algunas preguntas? Te invitamos a que agendes una consulta con nosotras. El prolapso no tiene por qué ser tu realidad. Hay opciones de tratamiento para mejorar esta situación y sentirse cómoda. Elegí cuidarte.